Minas de la Esperanza

Explotación minera en la ladera del monte. Los edificios se sitúan de forma descendiente sobre terrazas artificiales para aprovechar, la fuerza de la gravedad en la obtención del cobre. Todavía se conserva el pozo de la báscula. El material pasaba con una cinta transportadora a una tolva, a una máquina machacadora y a un molino de rodillos. En esta sala se pueden apreciar las dos alturas y los pilares cilíndricos del forjado. Contigua está la sala del tanque, tiene cinco alturas y conserva la maquinaria. El cobre pasaba a un molino de bolas situado en una sala subterránea. Por último, el cobre llegaba al almacén situado junto al taller. Las vigas de madera y de hierro han desaparecido, por lo que los edificios no tienen tejados. Al final de la ladera se encuentran las casas del encargado y del guarda, ambas tienen un zócalo de arenisca roja y son de una altura.

Fuera de la explotación se encuentran nueve viviendas que fueron construidas para los trabajadores con piedra y adobe. Una de las casas se reservaba para la Guardia Civil de Épila por si tenían que hacer guardia de noche. Ninguna de las tres viviendas tiene cubierta.